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Por otra parte

¿Está nuestro clima cambiando?

Este es el título de un artículo publicado en 1912 y aún hay quien sigue haciéndose la misma pregunta

Sede de la COP29 en Bakú.
Sede de la COP29 en Bakú.AFP
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Resulta que casi todos los españoles, el 95%, creen que hay tomar medidas para hacer frente a los efectos del cambio climático, o lo que es lo mismo: hay un 95% de españoles que considera que el clima está cambiando para mal. El dato procede de la Encuesta Anual sobre el Clima del Banco Europeo de Inversiones (BEI), que la publicó coincidiendo con el inicio de la COP 29, ayer en Azerbaiyán. Entre los 24.000 preguntados en el sondeo son 1.000 los españoles que contestaron: en agosto, por si alguien cree que la DANA que ha arrasado Valencia puede haber condicionado sus respuestas.

De momento sólo hay evidencias científicas preliminares de la relación del cambio climático con la catástrofe en el Levante español. Todas coinciden en que el calentamiento del Mediterráneo está haciendo que haya más tormentas y que sean de mayor intensidad, y advierten de que la cosa irá a peor. Se harán informes más profundos y transversales con los datos de los devastadores efectos de la DANA y contrainformes que se cargarán de todo tipo de argumentos para desmentirlos. El debate sobre el calentamiento global se está, precisamente, calentando y, en momentos tensos como estos, aún más. Un comedido científico ambiental pasaba el otro día de calificar a los negacionistas de inconscientes e irresponsables a llamarles directamente «hijoputas» que están poniendo en riesgo nuestras vidas. La reflexión se produjo después de escuchar el argumento de Vox de que los desastres naturales existen y han existido siempre y oír decir a su líder que «el fanatismo climático mata».

El planeta se deteriora, se hace menos vivible, es evidente y está científicamente demostrado. En esa encuesta del BEI, el 89% de españoles dice haber sufrido un fenómeno meteorológico extremo en los últimos cinco años, y un 27%, haber padecido problemas de salud a causa de ello. Y de cara al futuro, el 88% cree necesario invertir en adaptación al cambio climático para evitar mayores costes. En esta respuesta está la clave de tanto debate: la financiación. Remendar el planeta herido vale mucho dinero. Le está costando a los países del primer mundo, que llevan años reduciendo sus emisiones de gases de efecto invernadero. Pero el clima no tiene fronteras y el problema es cómo se va a ayudar a las economías en desarrollo, con prioridades más acuciantes, a financiar esa factura. De la 29ª Cumbre del Clima que se inició ayer se espera aumentar -se dice que hasta multiplicar por 10- la cantidad destinada a estos países para sus políticas climáticas. Hablar de dinero es comprar una papeleta para que fracase la reunión. La otra es que el segundo país que más contamina, después de China, va a estar presidido por quien califica el cambio climático como uno de los mayores fraudes de nuestra era. Mientras, preguntémonos si ¿Está nuestro clima cambiando?, como hizo por primera vez una revista norteamericana... en 1912.